Aviso a navegantes: Ya quedan menos idiotas. Por Antonio José López López
Hoy en día aún nos parece increíble el cambio que nuestra sociedad ha experimentado. Parece que fue ayer cuando vivíamos confiados en nuestras posibilidades. Creíamos firmemente consolidados los avances que nuestra lucha y tesón habían conseguido pensando que nunca desaparecerían de nuestras vidas, el futuro pintaba, cuanto menos, mejor que el presente que disfrutábamos. Sin embargo, poco a poco, el término “crisis” empezó a salpicar las conversaciones, los negocios, las noticias en los medios. La palabra “despido” se abría paso en los hogares. Los desahucios, vistos como algo ajeno, lejano, cobraban carta de proximidad.
Aquella sociedad, incrustada en la traicionera burbuja económica, donde el dinero fluía con facilidad, donde el crédito no tenía límites, donde la construcción y la corrupción política iban en el mismo paquete, de repente, es advertida de que la burbuja se pincha, de que el crédito se corta, de que la construcción se para y, sin embargo, la corrupción política sigue mostrando su cara más antisocial, más obscena. Es esa misma sociedad aletargada, fuertemente idiotizada en el sentido etimológico más puro de este término, recordemos a este respecto que en la antigua Grecia se usaba la palabra “idiota” para designar a aquellas personas que se despreocupaban de los asuntos públicos y sólo estaban interesados en sus asuntos particulares, es como digo, esa sociedad corroída por el paro, que ve como su sanidad universal peligra, donde la enseñanza, uno de sus pilares básicos, sufre continuos recortes, donde la cultura es socavada por la presión de los impuestos, donde el hambre se instala en los hogares, donde la corrupción sigue con sus devastadoras prácticas, es esa misma sociedad la que empieza a reaccionar tímidamente al principio y con contundencia al paso de los meses. Ya no se conforma con ir a votar cada cuatro años, no.
Esta sociedad empieza a enseñar los dientes, al grito de “Si se puede”, a los responsables de tanto atropello. Este cambio habría de alertar a los poderes públicos y hacerlos conscientes de que ya no cuelan desmesuradas facturas de agua, de luz... de que las promesas electorales hay que cumplirlas.
Esta sociedad empieza a enseñar los dientes, al grito de “Si se puede”, a los responsables de tanto atropello. Recordemos los casos de Gamonal, la fallida privatización de la sanidad madrileña, la huelga de basura de Madrid donde de 1100 despidos se quedó en nada, la imputación de personajes que presuntamente asaltaron las arcas públicas. Este cambio habría de alertar a los poderes públicos y hacerlos conscientes de que ya no cuelan desmesuradas facturas de agua, de luz, de que las promesas electorales hay que cumplirlas, de que no podemos tener una población escolar en barracones durante diez años, véase el caso de Alomartes. No, la sociedad empieza a despertar, afortunadamente ya quedan menos “idiotas”.
Antonio José López López.
Profesor y escritor.