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Los hijos, reflexión y cine.

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En 2008, Javier Fernández Vázquez (Bilbao, 1980), Luis López Carrasco (Murcia, 1981) y Natalia Marín Sancho (Zaragoza, 1982) fundan el colectivo de cine experimental y documental Los Hijos. En 2009 ruedan "Ya viene, aguanta, riégueme, mátame", grabando sin edición de sonido ni actores, simplemente lo que había delante de la cámara, la película rescata localizaciones de clásicos del cine español como El espíritu de la colmena (Víctor Erice, 1973), Amantes (Vicente Aranda, 1991) o La ley del deseo (Pedro Almodóvar, 1987). Su película "Los materiales"( "Una crítica a ese tipo de cineasta seudointelectual que cuando retrata un lugar ruinoso parece que se recrea en él"),  fue considerada como una de las mejores producciones españolas de 2010. Su trabajo, que alterna el registro documental con la experimentación formal, "se ubica en el terreno fronterizo en que se dan cita el cine de vanguardia, la investigación etnográfica y el vídeo arte". En 2010 ruedan "El circo", es la historia de una familia de artistas circenses, la película nos acerca a la vida de unos seres aferrados a un modo de vida casi extinguido. Y bajo la modesta carpa circense, "Los hijos" escenifican una lúcida crítica a un sistema que parece olvidar el derecho a un trabajo digno.

¿Cuándo se funda el colectivo cinematográfico "Los hijos"?
Surge en 2008 con una clara voluntad de experimentación. Nuestra formación previa y nuestras experiencias laborales en cine y TV nos habían desgastado bastante. En la ECAM habíamos recibido una formación muy enfocada hacia lo industrial (cine narrativo convencional donde cualquier expresión de creatividad fuera de la norma era minusvalorada). En las experiencias laborales también vimos que los dispositivos de rodaje -docenas de personas, equipo de iluminación, etc- eran un obstáculo para poder relacionarnos con el cine o el lenguaje audiovisual de una manera más creativa y reflexiva.
 

¿El cine documental es la forma más libre de hacer películas?
Hay que matizar. Se puede hacer ficción muy libremente aunque quizá eso implique recurrir a elementos generalmente asociados al documental –no poner marcas a los personajes, dejar espacio al azar, no encorsetar, ni intentar controlar todas las circunstancias-. Y también se puede hacer documental muy construido, marmóreo, constreñido por condiciones impuestas o autoimpuestas. La libertad tiene mucho que ver con la actitud del cineasta y no con definiciones genéricas de lo que es ficción o no. Y más cuando la línea que los separa es tan porosa.
 

Con la gran cantidad de canales que emiten documentales, se tiende a tener una idea equivocada sobre el género?.
Ciertamente. Esto es porque en la TV se ha impuesto un tipo de género documental: el reportaje, que tiene más que ver con periodismo que con cine. Los hay buenos, malos y malísimos pero todos suelen cumplir unas reglas: autoridad a través de voz en off, entrevistas, planos de recurso, etc. Condiciona una visión muy estrecha de lo que es el documental.
 

¿La narrativa habitualmente preciosista de esos documentales adultera el concepto inicial propuesto por Flaherty o Vértov?
Sí. Pero insisto en que me parece que esos documentales tienen más que ver con el periodismo –con todo nuestro respeto- que con el cine, tal y como lo entendían Flaherty o Vertov. Un ejemplo interesante es que la advertencia de Bazin sobre el montaje prohibido sigue vigente. Flaherty fue consciente de ello muy pronto, como detectó Bazin. Y sin embargo, son innumerables los ejemplos actuales que no tienen en cuenta algo tan básico, que ni siquiera entra dentro de la praxis a la hora de hacer estos reportajes.
 

El documentalista John Grierson definía así el documental: "Un documental es el tratamiento creativo, por medios cinematográficos de la actualidad"...
No conocíamos la cita. En todo caso, la creemos un poco reduccionista. El documental no solo puede tratar la actualidad sino también la historia (La Commune, nos viene a la cabeza), el pasado. O proponer ensayos no necesariamente ligados a la actualidad. Pensemos en Marker, Farocki, etc. Respecto a lo de “tratamiento creativo”, no podemos estar más de acuerdo.

El cine experimental y el video arte, comparten con el documental argumentos extraídos de la vida real ¿La dicotomía entre documental y filme experimental es difícil de mantener?
A nosotros nos resulta particularmente difícil disociar todas estas tipologías. (Quizá no haga falta hacerlo). Por nuestra forma de trabajar, de concebir la práctica audiovisual y por el cine que hacemos y que nos gustaría hacer, los conceptos de real y experimental van unidos irremisiblemente: no se nos ocurre mejor manera de acercarnos a la realidad que no sea experimentando, jugando con ella, (quizá porque lo contrario, la observación ortodoxa nos dé respeto) y no podríamos experimentar con otra cosa que no fuera (particularmente en esta etapa) un tema extraído de la realidad.

Berlanga aseguraba: “Quiero volver a los orígenes del cine: a la improvisación; eliminar esa Gestapo que es el guión, para que de cada plano crezca un pedazo de universo", Los artificios del cine de ficción (guión, puesta en escena, iluminación) adulteran el cine documental?
Lo adulteran claro, pero cuando esto sucede, lo enriquecen. Hay muchos ejemplos de cineastas o de películas que son supuestamente documentales pero que trabajan con la puesta en escena. Nos resulta especialmente fascinante el resultado de muchos de estos experimentos. Pedro Costa, Victor Erice en su último cortometraje (Centro Histórico) son algunos de los nombres que trabajan con esta técnica. Nosotros en nuestra ultima película también hemos jugado con estos límites, con lo real, la ficción, el guión y la puesta en escena.

El sol en el sol del membrillo (2008)


"El sol en el sol del membrillo", es un homenaje a Erice y a la obsesiva búsqueda de la perfección del pintor Antonio López en "El sol del membrillo" ¿Qué influencia tiene para "Los hijos" este director?
Ninguna especialmente. La idea de hacer esta pieza surgió no tanto de la voluntad de firmar un homenaje como la de cuestionar el intrusismo del documentalista, esa supuesta mirada que no participa de lo que ve, ese ojo que simplemente registra. De esta idea y de otra muy ajena a ella: un día leímos una frase que nos encantó “el fin último de la naturaleza es destruir la obra del hombre”. Nos pareció que eran dos ideas que podían relacionarse en una pieza y al pensar en hombre-arte-destrucción en seguida llegamos a ‘El sol del membrillo’.


¿Qué referentes cinematográficos tenéis?
Muchísimos. Al ser tres, muy variados. Muchos de ellos, coincidentes. En cuanto a lo contemporáneo nos interesa especialmente la ficción pues es , sin lugar a dudas, lo que más consumimos, de toda clase y género. Como la lista es muy amplia, nos circunscribimos quizá a aquellos autores que se han podido filtrar más en nuestro trabajo, películas o directores que siempre están en nuestra boca durante el proceso creativo: el cine directo, el etnográfico de Rouch, el uso del subtítulo en Marker, Werner Herzog, ‘Gerry’ de Gus Van Sant, los travellings de Bela Tarr, el humor de las películas de Albert Serra, muchos de los trabajos de James Benning, ‘Alphaville’ de Godard, la excentricidad de Apichatpong Werasathaekul, las discusiones que mantienen Straub y Huillet en ‘Dónde nace tu sonrisa escondida’, ….

No creemos que el arte sea la mejor respuesta para un entorno socio-político complicado. La acción directa es la mejor respuesta. O el periodismo de investigación, que es profundamente beneficioso para la democracia y la sociedad civil. Es mucho más capaz de tocarle las narices al poder político y financiero, es el enemigo número uno de los gobiernos. Quizá necesitemos menos arte y más periodismo de investigación.

 

Vuestros trabajos tienen esa autenticidad tan cercana al cine iraní, ¿En situaciones socio-políticas complicadas el arte es la mejor respuesta?
Bueno, habría que precisar qué cine iraní, qué autores, qué obras de qué autores. El trabajo de directores como Panahi o Kiarostami nos parece muy relevante, pero quizá sean sus obras más reflexivas o metacinematográficas de su trabajo reciente (menos “auténticas” en un sentido realista o naturalista del término) las que podamos sentir como más cercanas. Pensando en títulos como “Ten on ten”, “Five” o “This is not a film”.
El arte es una respuesta individual o colectiva que se nutre de un entorno social o personal determinado. Esa producción cultural obedecerá a una necesidad de expresión con un objetivo más o menos explícito. Puede obedecer a un sentimiento de expresión muy subjetivo, muy introspectivo o puede tener una vocación programática de acción o comunicación hacia el tejido sociopolítico cercano. O puede obedecer a ambas cosas. ¿Qué lenguajes, qué objetivos, qué expresiones artísticas son más necesarias, más valiosas, más productivas? No nos atreveríamos a evaluarlo, probablemente las menos evidentes.
En todo caso, no creemos que el arte sea la mejor respuesta para un entorno socio-político complicado. La acción directa es la mejor respuesta. O el periodismo de investigación, que es profundamente beneficioso para la democracia y la sociedad civil. Es mucho más capaz de tocarle las narices al poder político y financiero, es el enemigo número uno de los gobiernos. Quizá necesitemos menos arte y más periodismo de investigación.

Circo (2009)

 

Los y las cineastas jóvenes o de espíritu joven están haciendo más películas que nunca y esas películas son reconocidas en festivales y eventos de prestigio internacional, la nómina es muy amplia y cada año aparecen muchas obras interesantes de diferente duración y formato.

 


En Grecia un país terriblemente golpeado por la crisis también existen experiencias muy interesantes de realizadores jóvenes que con presupuestos ínfimos realizan un cine honesto y valiente. ¿Cómo veis la situación actual del cine documental en España?
Habría que definir con precisión qué es el cine documental. Existe un cine (de ficción y de no ficción, narrativo y experimental) completamente ajeno a los circuitos tradicionales de financiación, distribución y exhibición que goza de una muy buena salud. Los y las cineastas jóvenes o de espíritu joven están haciendo más películas que nunca y esas películas son reconocidas en festivales y eventos de prestigio internacional, la nómina es muy amplia y cada año aparecen muchas obras interesantes de diferente duración y formato. Lo importante es, además, que ese cine encuentre ciertos canales de difusión e eco en publicaciones especializadas, centros culturales, festivales o plataformas online como Márgenes o Plat. Aunque todas esas iniciativas tengan que depender cada vez más de la voluntad y los recursos económicos individuales, dado que las estructuras de financiación, la inversión pública y los modelos o circuitos de explotación han desaparecido en su práctica totalidad. Y no han sido sustituidos por otros.


¿Qué funciones realizáis cada uno en los rodajes?
Todos nos encargamos de todas las funciones. Dependiendo de las ganas o la energía o la inspiración, uno o una se encarga de la cámara, otro del sonido, otro de hacer una entrevista, otro de dar un paseo…

Vuestros trabajos se han exhibido en festivales de Colombia, Perú, Francia, ¿Qué acogida tuvieron?
Cada proyección contiene públicos de muy diferentes gustos y criterios, por lo que cada proyección (en una misma ciudad y en diferentes pases) genera muchas veces una corriente de opinión u otra. En Colombia y Perú, por ejemplo, no estuvimos, así que no conocemos la reacción resultante. En Francia, en FiD Marsella, un largometraje como Los materiales fue entendido principalmente desde la perspectiva de la violencia ejercida sobre la población rural en la Guerra Civil y la postguerra, un tema que no ocupa más que una porción del film. Muchos de nuestros trabajos remiten a obras artísticas o sucesos históricos locales, que sólo se conocen dentro de España, por lo que en ocasiones la recepción de nuestra obra es muy diversa y difícil de anticipar. Desde la incomprensión total a lecturas de gran agudeza que resultan muy enriquecedoras.


¿Cuál es el próximo proyecto de Los hijos?
El próximo proyecto que hemos terminado es un largometraje titutlado “Árboles”, vincula la política urbanística actual con la legislación penal colonial de España en Guinea Ecuatorial y los relatos orales de la etnia bubi.

Los materiales (2009)

Que nuestra habilidad sea crear leyendas a partir de la disposición de las estrellas,
pero que nuestra gloria sea olvidar las leyendas y contemplar la noche limpiamente.

Leonard Cohen