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Retratos de una huida

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Exposición “The most important thing. Retratos de una huida”, de Brian Sokol
CaixaForum Madrid
Del 27 de febrero al 31 de mayo de 2015


En los últimos tres años, los conflictos en Siria, Sudán del Sur, República Centroafricana y Malí han dado lugar a graves crisis humanitarias. Como consecuencia de la persecución, la violencia generalizada o las violaciones de los derechos humanos en estos países, más de 14 millones de personas se han visto forzadas a huir de sus hogares, trasladándose un tercio de ellas a otros Estados y convirtiéndose así en refugiados.
La exposición “The most important thing. Retratos de una huida”, constituye una mirada sobre la vida de estas personas.
Partiendo de los retratos del fotoperiodista americano Brian Sokol, la exposición se acerca a los testimonios de 24 personas concretas que, en el momento de ser fotografiadas, acababan de verse forzadas a huir de su casa llevándose lo más importante para ellas.

Bonheur (segundo por la derecha), 9 años, en el campo de refugiados de Boyabo (República Democrática del Congo), junto a su familia. Él ha visto el terror de cerca, ya que presenció el asesinato de su amigo Princi cuando los combatientes de Séléka llegaron a su aldea de Moungoumba. «Salí corriendo mientras lloraba». Ese suceso terrorífico provocó su huida hacia la República Democrática del Congo. Con su familia, pasó tres semanas escondido en una isla en medio del río Oubangui. «Prácticamente no dormíamos durante la noche y no hacíamos gran cosa durante el día. Teníamos miedo todo el tiempo». Aunque perdió sus posesiones, dice: «Lo más importante que tengo es mi vida y mi familia».


Cuatro meses antes de que se tomara esta fotografía, los soldados llegaron a la aldea de Makaja, en el estado de Nilo Azul en Sudán. Es la aldea de Maria, de 10 años. En medio de la noche, los soldados prendieron fuego a la casa de Maria, que ardió con toda la comida que había en su interior. Al día siguiente, Maria, sin zapatos, emprendió un viaje de tres meses hasta la frontera de Sudán del Sur. En el camino contrajo la malaria y llegó a estar hasta cinco días sin comer. Lo más importante que se llevó consigo es el bidón de agua que sostiene en esta fotografía, tomada en el campamento de Jamam, en el condado de Maban, Sudán del Sur.

 

Magboola, 20 años, en el campamento de refugiados de Jamam, Maban, Sudán del Sur.
Ella y su familia resistieron varios ataques aéreos durante meses, pero decidieron huir de su pueblo, Bofe, la noche en que los soldados se presentaron en él abriendo fuego. Junto con sus tres hijas, viajó durante doce días desde Bofe, en el estado sudanés de Nilo Azul, hasta la localidad de El Fudj, en la frontera de Sudán del Sur. Lo más importante que se llevó consigo es la olla que sostiene en esta fotografía, lo suficientemente pequeña como para poder viajar con ella y lo suficientemente grande como para cocinar el sorgo para ella y sus tres hijas durante el viaje.



Lucie, 38 años, con su esposo e hijo. Sufre una discapacidad física desde niña: no puede poner recta una de sus piernas. Recientemente, unos médicos italianos la operaron con la intención de restituirle la movilidad, pero, antes de que le pudieran retirar la escayola, los combatientes de Séléka atacaron su aldea, Moungoumba (República Centroafricana).
La familia huyó y Lucie se llevó su posesión más importante: una Biblia. Su esposo la llevó hasta la orilla del río, donde subieron a un barco que les llevó hasta un lugar seguro en la aldea de Libenge, en la República Democrática del Congo. Lucie dice: «Mi preciada Biblia me guía en mi vida».

 

Varios meses antes de que se tomara esta fotografía, los constantes bombardeos obligaron a Dowla, de 22 años, y a sus seis hijos a huir de su pueblo, Gabanit, en el estado de Nilo Azul de Sudán. Lo más importante que pudo llevarse consigo es el palo de madera que balancea por encima de los hombros, con el que transportó a sus seis hijos durante el viaje de diez días que realizaron desde Gabanit hasta Sudán del Sur. En ocasiones, los niños estaban demasiado cansados para andar, lo que la obligaba a cargar a dos de ellos en cada lado. Campamento de refugiados de Doro, en el condado de Maban, Sudán del Sur.



Brian Sokol es un fotógrafo estadounidense dedicado a documentar las violaciones de los derechos humanos y las crisis humanitarias. Escritor de formación, utiliza las palabras y las imágenes para contar historias de personas que pasan desapercibidas para los medios de comunicación.
Su carrera empezó en Nepal, donde, además de aprender el idioma del país, se sumergió profundamente en su cultura. En 2011, se trasladó a Sudán del Sur para documentar, desde dentro, los 18 primeros meses de la vida del país más nuevo del mundo.
Le ha sido concedida la beca Eddie Adams de la revista National Geographic y es uno de los fotógrafos seleccionados en PDN’s 30 New and Emerging Photographers to Watch. Entre sus clientes, se encuentran Time, The New York Times, The New Yorker, Geo, Stern, Ogilvy & Mather y Philips.
Trabaja regularmente con ACNUR y otras organizaciones humanitarias para documentar y crear conciencia sobre los problemas sociales en el mundo.
En la actualidad, reparte su tiempo entre Europa, sur de Asia, Latinoamérica, África Central y Oriente Medio. Es miembro de la agencia fotográfica Panos Pictures.

Que nuestra habilidad sea crear leyendas a partir de la disposición de las estrellas,
pero que nuestra gloria sea olvidar las leyendas y contemplar la noche limpiamente.

Leonard Cohen