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La renuncia a la 3ª república, la aceptación de lamonarquía por parte del PartidoComunista, el aban-
dono de las doctrinas marxistas del Partido Socialista, la entrada en la OTAN...
¿Mereció la pena la los años de resistencia franquista y la lucha por las libertades?
Los análisis históricos, una vez pasado el tiempo, demuestran que podía haber sido otra la realidad. El primer
desencanto de mi generación y de gente como yo, que nos lo creíamos, llegó después de las primeras elecciones.
En mi caso personal me llevó a dejar de cantar. En el año 79 decido bajarme de un caballo triunfador, con
mi tercer disco en la calle y dando recitales en todos los teatros de España. Como consecuencia de un pro-
grama de televisión que nos dio Suárez (donde saqué el barrio de Vallecas y una bandera republicana en un
mitin del PSP), dieron lugar a situaciones muy agresivas y violentas en los recitales: amenaza de bomba en el
Teatro Alcalá con los policías entrando con los perros en el intermedio; amenaza de incendio en Santander y
amenazas de la extrema derecha a los teatros para que no se celebraran mis conciertos...
¿A qué nos habría llevado en ese momento la ruptura con lo anterior? Posiblemente a un enfrentamiento de
las dos Españas de siempre, o quizás a haber hecho justicia, que no se hizo.
El primer desengaño lo vivimos en ese momento, además, esa farsa de golpe de estado hizo a todo el mundo
virar hacia el PSOE, otorgar mayoría absoluta a Felipe González y es verdad que ahí hay una realidad que
empieza a cambiar. El fascismo esconde las orejas, les da vergüenza asumir quiénes son (hoy ya no les da, y
vuelven a sacar sus banderas y sus insignias). Sí, hubo un momento en que una mayoría social de este país supo
arrinconar a los eternos vencedores de la historia de España.
A toro pasado podía haber sido de otra manera, es verdad. Pero es la nueva generación de jóvenes,
golpeados por una realidad que vuelve a ser parecida a la de mi juventud, o incluso más dura porque hoy no se
ven perspectivas de futuro, la que tiene la palabra.
Y volvemos a ser “los otros” que yo anunciaba al final del siglo pasado. Para que nos pusiéramos en el lugar
de los que estaban viviendo lo que ahora volvemos a ser, mano de obra barata, excluidos de nuestros derechos,
robados, marginados en una sociedad que no entiende de humanidad.
El capitalismo triunfante desde la caída del muro no necesita justificarse ni ser generoso con los trabajadores.
Está imponiendo una guerra desde hace años que nos ha llevado a esto que ellos llaman crisis y que en el fondo
es un engaño.
Creo que gente como yo seguimos siendo resistentes, todavía tenemos capacidad de ilusión, de contagio, de
entusiasmo; seguimos creyendo en la bondad, porque si no, evidentemente, habríamos arrojado la toalla.
“¿Qué fue de los cantautores?” es la verdad de alguien que no ha
jugado a la ambición, que no ha jugado al poder ni al dinero, que ha
sido coherente con lo que aprendió en su juventud y que ha podido
vivir de algo tan maravilloso como es cantar”.
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