es la infancia. En mi caso me remite a la naturaleza,
al campo, al huerto, a los olores y a los sabores; a las
imágenes que por más tiempo que haya vivido uno
en la ciudad siempre lo devuelven a la aldea.
Hay una cercanía en la imágenes de las foto-
grafías en blanco y negro de las generaciones de
nuestros padres y abuelos (tanto en Portugal como
en España), que pasa por la miseria, que pasa por
la incultura, por el campo y los jornaleros; por un
mundo que supo retratar tan bien José Saramago
en “Levantado del suelo”.
Es verdad que en mi mundo de la infancia existen
los árboles físicos que pueblan mi memoria, pero
también los árboles de la ternura, los árboles de los
recuerdos; los rostros que nunca más van a estar
pero que te acompañarán siempre. La imagen de tu
abuelo sastre y sacristán que se emborrachaba todas
las noches; el corral, las gallinas, el huerto...Todo
lo que cuento en alguna de las canciones posible-
mente más bonitas que haya escrito. La primera fue
“Flor de Jara” en los años ochenta, y posteriormente
la canción “Soy”, que es mi biografía. Si me tuviera
que agarrar a algún árbol sería a “Soy”.
En tu anterior trabajo te preguntabas sobre
el destino de los cantautores de tu generación.
Desde tu implicación directa en la lucha por
las libertades durante la transición, ¿Crees que
es necesario acometer un proceso sereno de
reflexión sobre ese periodo fundamental de nues-
tra historia reciente?
Hay una cultura que ha formado mi manera de
ser como persona y como cantante que tiene que
ver con las raíces obreras, las raíces vecinales y las
cristiano-marxistas. Con el mundo que vivimos
una generación que fue capaz de ser valiente, de
luchar contra la dictadura y creer en la fuerza de la
colectividad; ése es nuestro bagaje y nuestras señas
de identidad.
Esa reflexión yo la vengo haciendo en mis
poemas y canciones y, evidentemente, en “¿Qué fue
de los cantautores?”, mi anterior trabajo. Si hoy día
hay una reflexión sintetizada de cuarenta años de
historia de este país, creo que es ése poema, que
además es inatacable desde la propia derecha.
¿Qué fue de los cantautores?” es la verdad de
alguien que no ha jugado a la ambición, que no ha
jugado al poder ni al dinero, que ha sido coherente
con lo que aprendió en su juventud y que ha podido
vivir de algo tan maravilloso como es cantar.
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