Página 63 - Revista la Laguna 4

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“ Pedí tan poco a la vida y esemismo poco la vidame
lo negó. un haz de parte del sol, un campo próximo,
un poco de sosiego con un poco de pan, no pesarme
mucho el saber que existo, y no exigir nada de los
otros ni ellos nada de mí. esto mismo me fue negado,
como quien niega la limosna no por falta de buena
alma, sino por tener que desabrocharse la chaqueta.
Escribo, triste, en mi cuarto tranquilo, solo como
siempre yo he estado, solo como siempre estaré. y pi-
enso si mi voz, aparentemente tan poca cosa, no en-
carna la sustancia de millares de voces, el hambre de
decirse de millares de vidas, la paciencia de millones
de almas sometidas como la mía al destino cotidiano,
al sueño inútil, a la esperanza sin vestigios. en estos
momentos mi corazón late más alto por mi conciencia
de él. vivo más porque vivo mayor. Siento en mi per-
sona una fuerza religiosa, una especie de oración, un
símil de clamor. Peromi reacción contra mi desciende
desde mi inteligencia... me veo en el cuarto piso de la
rua dos douradores, me ayudo con sueño; miro, so-
bre el papel medio escrito, la vida sana sin belleza y el
cigarro barato que apurándolo extiendo sobre el se-
cante viejo. ¡yo, aquí, en este cuarto piso, interpelando
a la vida!, ¡diciendo lo que las almas sienten!, ¡hacien-
do prosa como los genios y los célebres! ¡yo, aquí, así...!
Fragmento de “El libro del desasosiego”
en españa
y quedará de mañana: el ansia insaciable e innúmera
o y otro”. Fernando Pessoa
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