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La feria
de íllora
do, su verdadera razón de ser, y los tratos de la índole
más diversa, que los hay y muchos, como a más de
uno hemos oído: “el trato si no se sella con la mano no
es un trato, no está finalizado”.
En más de una ocasión hubo que trazar lo que hoy
llamaríamos una zona de seguridad para alojar al
ganado vacuno, sobre todo con la presencia de toros
en la Feria en el supuesto de que se escaparan, lo que
solía ocurrir, aunque eso sí, antes era todo campo al-
rededor y extensas eras aledañas.
La Real Feria de Ganado de Íllora constituye, por
encima de todo, un verdadero acontecimiento so-
cial, cultural y económico. Iguala e incluso su-
pera en proporción a las Fiestas Patronales de
Agosto, especialmente en lo relativo a visitantes, con
la diferencia que la Feria de Ganado transcurre en
su mayor parte durante el día. El pueblo de Íllora se
transforma. Las calles propias del recinto ferial y las
calles propiamente del pueblo, especialmente las con-
tiguas, se llenan de gentes (y de coches) de toda la co-
marca e incluso de las provincias limítrofes.
Desde siempre ha habido baile público (verbena),
siempre muy concurrido, antes a cargo de la Banda
Municipal de Música y ahora, además, de orquestas y
grupos de baile. La Banda Municipal de Música sigue
participando cada año en la Feria, ofreciendo un con-
cierto de música popular. Si nos paráramos aquí, se
observa cómo la existencia y permanencia de la Ban-
da Municipal de Música “Villa de Íllora” está directa-
mente vinculada a la Feria y su desarrollo en el tiempo
es paralelo, dado que los documentos más antiguos
existentes de ambas actividades están datados precisa-
mente en torno a los últimos años del siglo XIX.
La empresa del Teatro España traía compañías de
postín y ¡Circos Ecuestres!. Las líneas de autobuses,
desde que las hubo, reforzaban sus servicios y otro
tanto ocurría con el tren (El Ferrobús), que entonces
sí que funcionaba y transportaba viajeros. En fin, en
este sentido el pueblo era otro, también su paisaje,
sus gentes... Y también, con motivo de la celebración
de la Feria de Ganado, se montó una carpa que, por
primera vez, traía a Íllora ¡un Circo!.
Desde días antes de su inicio todas las posadas
y hospederías de la comarca llenaban literalmente
todo el espacio físico disponible, así como que en in-
numerables viviendas privadas se alquilaban, por la
Feria, todos los cuartos, cámaras, corrales y cuadras
disponibles, todo era posible y negociable, aunque el
hacinamiento y su carácter de nomadismo provisional
trajera a veces consecuencias no deseadas como fruto
de la falta de higiene, insalubridad, etc.
También aquellos que hubiesen guardado grano
y además dispusieran de cuadras amplias, fijas o
provisionales para la ocasión, colgaban el cartel de
“todo lleno”, lo que hoy bien podría asemejarse al di-
namismo de ciertos garajes o cocheras e incluso de
alojamientos rurales y de la hostelería estándar actual.
Para quien no había sido previsor, encontrar
alojamiento resultaba harto difícil, por no decir im-
posible. Los menos adinerados solían hacerlo en las
cuadras, que también costaba lo suyo dar con alguna,
sobre todo en las inmediaciones del ferial o en el mis-
mo pueblo de Íllora, con la excusa, perfecta excusa,
de estar al cuidado de los animales que traían, y en
algunos casos hasta en los portales de las casas próxi-
mas. Los de los pueblos de cerca, como Alomartes,
Escóznar, Montefrío, etc... e incluso más alejados,
solían ir y venir en el día, en algunos casos incluso
con el ganado, con lo que además de evitarse el
problema del alojamiento y de tener que buscar
cuadra en la que cerrar el ganado durante la noche,
se ahorraban también unas buenas pesetas, porque
de reales ya solo hablaban los más viejos, como ahora
cuando se habla de euros y pesetas. De un modo u
otro siempre se ofrecieron “magníficos abrevaderos,
grandes facilidades para los feriantes y ganaderos y
cómodos albergues para el ganado”.
Cada especie ganadera se situaba, separadamente,
Reflexiones, anecdotario y ciertos apuntes etnográficos e imaginarios sobre la Feria de Ganado de Íllora
La Real Feria de Ganado de Íllora constituye, por
encima de todo, un verdadero acontecimiento so-
cial, cultural y económico. Iguala e incluso supera en
proporción a las Fiestas Patronales de Agosto, espe-
cialmente en lo relativo a visitantes, con la diferencia
que la Feria de Ganado transcurre en su mayor parte
durante el día.