En estas más de tres décadas, la autonomía se
ha demostrado útil para los ciudadanos. El de-
sarrollo del Estado autonómico ha ido paralelo a
la consolidación del Estado del Bienestar, cuyos
pilares básicos –sanidad, educación y servicios
sociales- sostienen las comunidades autónomas
con demostrada eficiciencia.
El autogobierno ha permitido que los
andaluces y andaluzas mantengan hoy todos
sus derechos intactos. En Andalucía no hemos
dado ni un paso atrás en sanidad, en educación
o servicios sociales. Todo lo contrario, seguimos
avanzando en derechos con la reivindicación de
la función social de la vivienda o la aplicación
de medidas para la erradicación de la
e
xclusión
social. Es largo el camino aún por recorrer en
un mundo en el que las desigualdades avanzan
a pasos de gigante, pero nuestra hoja de ruta es
clara, convencidos de que de esta crisis o sali-
mos todos o no saldremos.
Y hoy, nuevamente, Andalucía vuelve a ser
garante de la igualdad entre todos los espa-
ñoles, aportando sentido común ante el debate
territorial que existe actualmente en España.
Cada vez somos más los que creemos que
la respuesta a los que buscan fragmentar Es-
paña por exceso o por defecto está en plant-
ear un Estado de corte federal en el que las
comunidades podamos consolidar nuestro
autogobierno sin hacer por ello saltar las cos-
turas del país. Desde el consenso, defendemos
una reforma de la Constitución encaminada
a que España sea un proyecto de futuro para
todos los españoles, independientemente de su
nivel de renta o de su lugar de residencia.
Una reforma que blinde los derechos so-
ciales, evitando que puedan ser mermados
desde preceptos ideológicos o mercantilistas.
La sanidad y la educación son derechos, no un
negocio, y así de claro debe quedar reflejado en
nuestra Carta Magna.
Una reforma que dote al Senado de razón
de ser, convirtiéndolo en una auténtica Cá-
mara de diálogo y consulta con los gobiernos
autonómicos, que no pueden ver recortados
constantemente sus competencias o su finan-
ciación por decreto-ley.
Pero todo ello con un límite, con una línea roja
que no debemos traspasar: el respeto máxi-
mo a la igualdad de derechos y oportunidades
de todos los españoles y el mantenimiento de
la solidaridad interterritorial. Sólo desde la
salvaguarda de estas dos condiciones podremos
renovar las bases de nuestro modelo de país sin
generar agravios o privilegios que conduzcan a
una suerte de España de dos o más velocidades.
Para concluir estas reflexiones en torno a
nuestra fiesta grande, me gustaría agradecer
a los responsables de la revista cultural ‘La
Laguna’ su interés por trascender su ámbito
natural y ser sensibles a la efeméride del Día de
Andalucía, propiciando este espacio de ideas
compartido, estas miradas sobre lo que ha sido,
es y podrá ser nuestra querida Andalucía.
Susana Díaz Pacheco.
Presidenta de la Junta de Andalucía.
Secretaria general del PSOE-A
El autogobierno ha permitido
que los andaluces y andaluzas
mantengan hoy todos sus derechos
intactos. En Andalucía no hemos
dado ni un paso atrás en sanidad,
en educación o servicios sociales.
Todo lo contrario, seguimos
avanzando en derechos con la
reivindicación de la función social
de la vivienda o la aplicación de
medidas para la erradicación de la
exclusión social.
24