Primavera negra (fragmento) de Heny Miller.
¡Basta de espiar por el ojo de la cerradura!. ¡Basta de masturbarse en la oscuridad!.
¡Basta de confesiones públicas!. ¡Que salten las puertas de sus quicios!. Quiero un
mundo en el que la vagina esté representada por un rudo y honesto tajo, un mundo
que sienta por los huesos y los contornos, los crudos colores primarios; un mundo que
sienta miedo y respeto por sus orígenes animales.
Estoy harto de ver vaginas coquetas, disfrazadas, deformadas, idealizadas. Vaginas con
las puntas de los nervios al aire. No quiero ver a las muchachas vírgenes masturbán-
dose. En el secreto de sus habitaciones, o comiéndose las uñas, o arrancándose el pelo
o echadas durante todo un capítulo en una cama llena de migas de pan.
Quiero los palos funerarios de Madagascar, con un animal encima de otro y
en la cúspide Adán y Eva con un rudo y honesto tajo entre las piernas. Quiero
hermafroditas que sean verdaderos hermafroditas, y no falsarios que caminan con
penes atrofiados y vaginas secas. Quiero una pureza clásica, donde la porquería sea
porquería y los ángeles sean ángeles.
Voltage (1942) Dorothea Tanning