Pero es que esa falta de cultura que se da en los políticos se da en todo el país. Quizá también por falta de
los propios políticos, que han hecho planes de estudios miserables donde los alumnos y alumnas salen
brutos y brutas como nunca. En contra de lo que se suele decir, las chicas jóvenes se han hecho machistas
ellas mismas.
Hay que decir a los que reclaman que a la universidad tienen que ir todos que eso es una estupidez.
A la universidad tienen que ir los que valen. Pero no por cuestiones económicas, naturalmente, sino por
cuestiones intelectuales.
La universidad no es un sitio para obtener un título -no es un asunto de “titulitis”-, es un sitio para quien
tenga una vocación profunda por la cultura. Se puede ser otra cosa: ebanista, pescador -que son cosas
nobilísimas-, pero para ir a la universidad se tiene que tener el nivel suficiente.
La situación de la cultura en España es desesperada. La cultura en España está muy muy muy mal, muy mal.
España tiene esa extraña diferencia de que es un país que tiene un altísimo nivel cultural de antiguo, pero es
como si alguien produjera mil naranjas y la gente solo se comiera diez. Ésto es lo que ocurre aquí. A lo largo
del siglo XX ha habido una producción cultural muy notable que ha ido para una minoría; la gran mayoría
pasa olímpicamente de la cultura, porque para eso tiene la desvergüenza del fútbol.
El fútbol es una desvergüenza, porque no se pueden pagar los sueldos que se pagan a los futbolistas estrella
cuando en un país hay calamidades, hay paro, hay pobreza. Pero, como decía Lope de Vega:
“como las paga
el vulgo, es justo hablarle en necio para darle gusto”.
Los medios de comunicación -sobre todo la televisión-, se están encargando no solo de fabricar
lamentables modelos de conducta sino líderes de opinión con serias posibilidades de llegar al poder.
¿Qué le parece el papel de “juez y parte” que parecen haberse adjudicado los consejos de adminis-
tración de los grandes grupos mediáticos?
Creo que al contrario, la gente se va desencantando de todo. El mundo está viviendo una crisis general del
capitalismo, pero claro, los procesos históricos son muy lentos. Dentro de cuarenta años el mundo habrá
cambiado mucho. Cuarenta años en la historia es muy poco, pero en la vida humana es mucho.
Tiene que haber muchos cambios. Pero no los cambios en los que de repente surge un partido nuevo
y aparecen dos “chiquilicuatres” diciendo tres pamplinas para llamar la atención de los medios de
comunicación, que es lo único que les interesa. Yo no creo en nada de eso. Me parece una gran pamplina
hecha para un público falto de entendederas.
En una de las más famosas escenas de “El Gatopardo”, el sobrino del duque sugiere a su tío la necesidad
de cambiar las cosas para que todo siga como está.
¿Cuál sería la solución para que las cosas realmente cambiaran?
La solución pasa por educación y cultura. La única solución que se puede poner en marcha seriamente -ya
veríamos luego dónde puede ir llegando- sería mucha educación y mucha cultura. Son los dos elementos
principales que pueden salvar un poco las cosas. Éso es lo que necesita España urgentemente.
También, evidentemente, que se arregle la situación económica, que se quiten los ladrones, etc. Todo eso ya
lo suponemos. Pero la gente, el pueblo soberano -que se suele decir-, lo que necesita es educación y cultura.
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“Educación y cultura son los dos elementos principales que pueden salvar un
poco las cosas.
Éso es lo que necesita España urgentemente”.