Página 83 - Revista la Laguna 4

Versión de HTML Básico

zar su camino editorial con su mensaje: la utili-
dad del Arte, la necesidad de lo Bello, el deber de
honrar lo Útil son nortes a los que, ya que soñar
es relativamente gratuito, apunta este proyecto.
La publicación incluye una selección de es-
critos del autor y acerca de él -muchos de
ellos, hasta hoy, inéditos en castellano-. Los
textos que la componen son: “Prefacio a la
naturaleza del gótico de John Ruskin”, “Los
propósitos del arte”, “Discurso sobre una mues-
tra de la Escuela Prerrafaelista inglesa”, “Por qué
celebramos la comuna de París” y “Sobre ton-
tos y patos”. Los textos introductorios son:
una biografía de Morris escrita por Holbrook
Jackson y un ensayo de Chesterton sobre el
autor, ninguno de ellos había sido publicado
FRAGMENTOS DE wILLIAM mORRIS O EL HOMBRE ÚtIL”
PRÓLOGO A “LO BUENO, LO ÚTIL Y LO BELLO”
en nuestra lengua; y, también, un prólogo de
los Editores, del cual, al final de esta reseña, se
ofrecen sus pasajes más significativos. Final-
mente, la obra contiene una selección de frases
pertenecientes a múltiples escritos del artista
artesano, a la que llevan por título “Extractos”.
Para los Editores de Mochuelo Libros, An-
drea Constanza Ferrari y Tomás García Lavín,
resulta “una gran alegría nacer con el mensaje
de William Morris, quien supo ser, y al mismo
tiempo, escritor, activista político, pintor, edi-
tor… y, sobre todo, un hombre esencialmente
bueno. Cuyas vida y obra fueron y serán los
símbolos de la defensa de los oficios, las arte-
sanías y el respeto por los saberes del pasado.”.
CONTACTO:
www.facebook.com/mochuelolibros
mochuelolibros@gmail.com
“El mensaje de Morris es claro y es honesto: nos dice que la manera de hallarnos a nosotros mismos, y
poder habitar la sociedad armoniosamente es haciendo cosas útiles. Para él sí importaba la autenticidad de
las cosas, trátese de un mensaje como del material de una vasija. Y con todo, vida convertida en ejemplo,
buscaba influir en los demás para que los demás se beneficiasen. El engaño, al que veía como una de las
bases del mundo moderno, era su rival; no quería convencer a la gente, como lo hacían los políticos y los
empresarios. Los cuales, le enseñaban al pueblo a que soñara con servirlos, y viviera contento por haber
alcanzado el famélico sueño que le había sido impuesto. Morris quería, positivamente, despertar al hombre y
a la mujer de su vecindario para, con ellos, modificar el rumbo de la Humanidad.”
“Si uno trabaja conforme a su más íntima vocación podrá acceder a la felicidad, término que en él es casi
un sinónimo de la palabra vida. Pareciera que no hay vida sin felicidad. Y que no hay felicidad sin un trabajo
así entendido. Es tajante, quizás exagere. Pero es bienintencionado. Y además, William Morris es energía. Da
pena el pensar en todo lo que hizo y lo poco que se hace, generalmente, hoy en día. El lamento se acrecienta
porque la proporción de cosas sublimes es muy menor en todo ese poco que hacemos.”
“Su peso específico como escritor es el que tuvieron muchos hombres, los que, sin embargo, en el mar
de la especie, ocupan sólo un par de arrecifes, casi perdidos para casi todos. Que sea pedagógico y claro,
es un mérito. Cuando habla de romances, caballeros y bosques encantados, lo hace desde el amor a la
imaginación, eso no es poco. Como mínimo, es sincero; hace lo que nos pide, lo que le gusta. Y, si sus versos
pudieran no tocar las cimas habitadas por Machado, si su prosa presentase más impurezas que esos diaman-
tes que Chateaubriand nos legó, o si sus convicciones políticas careciesen de la consistencia teórica del edi-
ficio del marxismo ortodoxo, ¿habrá algún problema o deficiencia en su vida y en su obra? No conocemos a
nadie que haya escrito como Shakespeare, pintado como Picasso y liberado a un pueblo como Moisés, todo
al mismo tiempo; desde la cuna hasta la tumba”.