Página 29 - Revista la Laguna - 3-Andalucia

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tructuras de todo tipo, de avances tecnológicos, de
una sociedad del bienestar a la que hay que salvar
pero jamás se ocuparon ni ocuparán en obedecer
los mandatos de nuestro Estatuto para el afianzam-
iento de nuestra identidad como pueblo.
¿Qué se enseña en los colegios y en los institutos
sobre Andalucía? ¿Qué se está exportando como
cultura andaluza? ¿Qué se ha hecho en nuestra
televisión y radio públicas para cumplir con el
mandato del Estatuto? ¿Qué imagen de Andalucía
ha cambiado para el exterior en estos más de 30
años? Y entre los propios andaluces ¿qué concepto
,qué idea, qué concepción tenemos de nosotros
mismos tras todos estos años?. ¿Qué entendemos
por identidad cultural y política?. Me atrevería a
decir que lo que se entendía en aquellos años del
cartel nos gana por goleada. Más de 30 años de au-
tonomía para seguir de copla en copla, de palabra
vacía en palabra vacía; para que en las plazas de
las ciudades y pueblos andaluces haya una figura
de un tal Blas Infante que nadie sabe quién es ni
qué proponía para nuestro pueblo, de banderas
oficiales que no significan nada excepto cuando las
desempolvan un 28F de 9 a 15 para que todos diga-
mos un adoctrinado “Viva Andalucia”… sin “libre”,
no nos vayamos a acordar de repente de aquel 4
de diciembre y vayamos a contaminar a nuestros
jóvenes que ya se ha conseguido que ni sepan qué
pasó aquel día.
La cultura ya o es mercancía o no sirve, o es
de nuevo complaciente -en cualquiera de sus
manifestaciones- o molesta. Si preguntas por el
“Complot de Tablada” muchos jóvenes creerán que
es el título de una película. La cultura académica
permite que se salga de la universidad con un título
pero huérfanos de nuestra identidad; y nuestra his-
toria, la popular se está quedando reducida a tres
fiestas y pico y a algunas romerías en las que se está
pervirtiendo su verdadera esencia. Los polidepor-
tivos y grandes superficies donde los dos de siem-
pre celebran sus carísimos congresos y mítines sólo
sirven para arrojarse dardos de derecha a izquierda
o de izquierda a derecha según toque, los mismos
dardos repetidos y manidos que les sirven para
perpetuar el juego en el sistema con una Andalucía
siempre ausente menos unos meses antes de abrir
las urnas. En las manifestaciones de uno y otro sig-
no, la verde y blanca brilla por su ausencia excepto
cuando acuden los andalucistas. Las ciudades no
son hermanas sino enemigas (que buen resultado
sigue dando el divide y vencerás). Ahora las nuevas
caras del mismo poder nos venderán, una vez más,
futuro, transparencia, regeneración política, in-
terés por la cultura y nos dirán que miremos hacia
adelante, sobretodo para que no nos demos cuenta
si miramos atrás que nos han dejado con el mayor
porcentaje de paro del Estado y una sociedad
desindustrializada y de servicio que no tiene peso
alguno en el Estado, muda y ninguneada y que no
se reconoce como pueblo diferenciado, con identi-
dad y poder. Como símbolo del resultado de to-
dos estos años me quedo con la actual huelga de
hambre de Paco Casero, uno de los fundadores
del Sindicato Obrero del Campo y con un teatro
“Salvador Távora” cerrado. Paco representa junto a
otros luchadores del campo andaluz, la frustración
de una reforma agraria y un progreso social que se
quedó en nada, como en nada se ha quedado la ex-
plotación de nuestras mayores fuentes de riqueza y
nuestras ilusiones. La cuadra de Sevilla simboliza
un revolucionario “Quejío” que desde la cultura
abanderó la reivindicación de un pueblo andaluz
que sigue cultural y socialmente herido.
Pilar Távora
Cineasta y candidata por el Partido Andalucista a
las Elecciones Europeas 2014.
Escribiendo ahora recuerdo una de las letras de
los cantes de “Quejío” :
“Qué pena más grande
tengo que callar,
que se me llenan los puños de rabia
si miro patrás
Más de 30 años de autonomía para seguir de
copla en copla, de palabra vacía en palabra
vacía; para que en las plazas de las ciudades y
pueblos andaluces haya una figura de un tal
Blas Infante que nadie sabe quién es ni qué
proponía para nuestro pueblo, de banderas
oficiales que no significan nada excepto
cuando las desempolvan un 28F de 9 a 15
para que todos digamos un adoctrinado
“Viva Andalucia”… sin “libre”
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