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neo, Mariameneo (1985) y Vinagre de Jerez, Es-
tudio dramático para una seguiriya (1987)”.
De su pasión por el flamenco nació junto con
la compañía Gitanos de Jerez "Tierra cantaora".
"El flamenco, como el teatro, es la verdad", decía.
Cuando La Zaranda alcanzó fama inter-
nacional, Juan que siempre rechazó el vedetismo
y los reconocimientos, cedió la dirección de la
compañía a Eusebio Calonge, prefirió seguir
dando clases de literatura en su instituto donde
nunca faltaban las lecturas de las obras de su ad-
mirado Valle-Inclán.
En 2010 La Zaranda recibe el Premio Nacion-
al de Teatro, jamás un premio fue tan merecido.
Maurice Maeterlinck
la vida de las abejas
"No me gusta el teatro oficialista, vivo en mi
exilio jerezano" afirmaba Juan.
Y es la Andalucía alejada de oficialismos de este
andaluz sin medalla la que hay que defender,
despojarla del folklorismo institucionalizado, de
los espejos deformantes, de los salvapatrias que
acechan en sus cargos y de su corte de paniagua-
dos y volver a la ética y a la mirada profunda y
tierna de este andaluz verdaderamente universal.
Ha muerto Juan de la Zaranda, cumbre del
teatro popular andaluz.
“ Todo indica que no es la reina, sino el espíritu de la
colmena, quien decide la enjambradura. ¿Cómo todos
los ángulos de los rombos coinciden siempre tan mágica-
mente? ¿Quién les dice que empiecen aquí y terminen allí?
Es uno de los misterios de la colmena. La mayor parte de
los seres tienen el sentimiento confuso de que un azar
muy precario, una especie de membrana transparente,
separa la muerte del amor, y de que la idea profunda de la
Naturaleza quiere que se muera en el momento en que se
transmite la vida. “
Fragmento de “La vida de las abejas” de Maurice Maeter-
linck (Bélgica, 1862-1949) .
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