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“Probablemente la sinrazón y el miedo, ésos
serán los ganadores. Como en otros tantos lugares
del mundo y en otras tantas formas, la sinrazón y
el miedo saldrán ganando”.
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los ganadores. Como en otros tantos lugares del
mundo y en otras tantas formas, la sinrazón y el
miedo saldrán ganando.
Como
en
Siria
o
en
Irak
donde
observo, ya no atónito ni sorprendido ni siquiera
indignado (entre tanto crimen y barbarie) sino
con una vaga desazón, las imágenes entre el
surrealismo y el terror de unos fieros señores
aporreando estatuas antiquísimas en el Mu-
seo iraquí de Mosul, arrasando con excavadoras
(después del rezo de la mañana) la antiguas ciu-
dades asirias de Nimrud, Hatra y la que fuera la
capital del imperio asirio durante el reinado de
Sargón II, Dur Sharrakin (en la actual Jorsabad a
unos 15 km. al noroeste de Mosul). Como si con
esos actos de barbarie quisieran mandar algún
mensaje al mundo o, mejor, borrarlo y levantar
uno nuevo a medida de sus intolerantes creencias.
Bárbaros.
Los griegos llamaban “bárbaros” a todos aquellos
pueblos que, en la periferia de la cultura helenística, esta-
ban sometidos a un poder totalitario y despótico y que, por
consiguiente, no eran ciudadanos que construían juntos
sus propias leyes y su futuro (algo de lo que los griegos se
sentían tremendamente orgullosos) sino simples súbditos
o esclavos de unpoder superior omnímodo y caprichoso. Y
me acuerdo de Mesopotamia, “la tierra entre ríos” como la
llamaban los griegos. Entre el Éufrates y el Tigris, en el cre-
ciente fértil, en el hoy devastado Irak una especie nómada,
cazadora-recolectora, errabunda…, sentó las bases de la
civilización en las primeras ciudades de la historia:
Ur, Uruk, Eridu, Lagash… (la revolución urbana).
Los mesopotámicos, entre el 1813 y el 609 a.C,
fueron grandes legisladores, astrónomos y matemáti-
cos. Las preocupaciones jurídicas de los sumerios se
plasmaron en las leyes de “Urukagina”. Los caldeos nos
dejaron el código de Hammurabi. Los asirios, en la
época sargónida, complementaron con nuevas leyes
las disposiciones anteriores, Fueron las normas más
desarrolladas de la antigüedad con el objetivo de
“poner orden a los libertinos y malos, e impedir que el
fuerte oprima al débil”. Hoy esas tierras no tienen leyes
tan justas. Bueno, ni esas tierras ni éstas…
(Dicho lo cual, también podía haber titulado estas
palabras “Los bárbaros”, que están muy de moda tanto allí
como aquí y en muchas partes, pero me permitirán que
no le dedique ni una palabra más a tan mala gente).
MENECEO