Página 5 - Revista la Laguna - 3-Andalucia

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no quede nada que defender. Cuando sólo las estatuas de
sal anden entre las ruinas de lo que fuimos.
Por eso hoy, mientras espero vigilante en el horizonte
a que lleguen los bárbaros que acaben pronto con este
tiempo narcotizado, enseño los dientes y muerdo los
cuchillos de la utopía. Y pongo alas a mi corazón por el
cielo radical y luminoso del futuro. Para luchar contra el
pasado y sus símbolos. Contra su expresión y su cultura,
con la fuerza telúrica de la noche y el extraño poder del
amor que hace girar el mundo.
Por eso yo levanto la bandera de mi pueblo. Por eso yo
pronuncio el nombre hermoso de mi tierra. Y espero y
deseo que las nuevas generaciones, con el poder que da la
vida, recuperen los ritmos, la emoción, el arte y el firma-
mento. Y los arrojen contra este mundo que se derrumba
y desaparece en su propio fracaso y en la memoria de los
tiempos para siempre.
El pasado ya no existe. Hablamos sólo con su cadáver.
¡Viva Andalucía libre! .
*Publicado en el diario ABC de Sevilla el 5 de diciembre
del año 1993.
Cortesía de Amaranta Cano (hija de Carlos Cano) y del
diario ABC.
05
Hemos perdido el espíritu cívico, la solidaridad y la
vergüenza. Estamos corrompidos por la crueldad,
el egoísmo y el silencio. No tenemos capacidad de
reacción y contentos con nuestros señores, somos
simple y llanamente eso que se llama una bicoca
para el poder de turno. Unos servidores.
Elogio del Horizonte de Eduardo Chillida
Incapaces de interpretar los signos, con sus viejos,
aburridos y arcaicos discursos, los partidos políticos
ignoran las claves esenciales de la vida, la convivencia,
el porqué de las olas, la armonía y el orden de la Natu-
raleza. Y nos conducen al abismo de la desesperación y
la apatía, como van las ballenas suicidas a las playas de la
destrucción.
Hoy, como decía aquella vieja jornalera de los Corrales
“Hoy mi niño, hay de tó pa la boca, pero falta alegría...”
Nos hemos acostumbrado a convivir con la mentira, la
manipulación y la hipocresía. A justificarnos con ellas en
nombre de la supervivencia. Hemos perdido voluntaria-
mente las alas de la libertad, ignorando que tras el miedo
de vivir, el egoísmo, la indiferencia o la intolerancia, la
bestia negra del fascismo nos espera.
Algo va a cambiar muy pronto. Algo va a reventar
antes de que encontremos la razón de tantísima soledad,
el sentido final de la belleza que buscamos, la estrella
perdida. Por eso ha llegado el momento de recuperar el
protagonismo de nuestras vidas. Nuestro propio destino,
los sentidos del arte, la emoción y la valentía. Porque un
ser humano es, como una nación y un corazón es como
un universo y todos juntos debemos ser un pueblo.
Tenemos que ser un pueblo.
Hay que terminar pronto con esa puta del Sur, la que
devora a sus hijos como Saturno. La del paro, la dro-
ga, la ignorancia, la humillación y el conformismo. Y
devolverle su memoria de luces, su magia primitiva y
oculta. La grandeza de su instituto. Y recordarle que
llegará un día en que tendremos que lamentar no haber
sido más libres, más fuertes y más enamorados. Cuando
Hay que terminar pronto con esa puta del Sur,
la que devora a sus hijos como Saturno. La del
paro, la droga, la ignorancia, la humillación y
el conformismo.
Por eso yo levanto la bandera de mi pueblo. Por
eso yo pronuncio el nombre hermoso de mi tierra.
Y espero y deseo que las nuevas generaciones, con
el poder que da la vida, recuperen los ritmos, la
emoción, el arte y el firmamento.